OUTSIDE, IN THE STREET / AFUERA, EN LA CALLE
I saw you sitting there
every evening
I saw you scrutinizing the shapes of things,
the sky, dirty, grey, grimacing ugly,
the people walking elsewhere,
the sad, dull buildings,
the ochre paint.
Blending in with the grime
the half-closed windows and
the neglected gardens,
the barren leaf litter,
your cigarettes,
the automatic sprinkler as a farewell when
you enlisted the night and
locked everything up.
You were so beautiful with your winter make-up
so exotic for this month of August, so impossible
and yet underneath
the elusive and aged look
that we all get after a few months
here in Madrid, under the cornices,
[so far from the Gran Vía,
smoking one of your menthol cigarettes under the sky
[dirty
that the only thing I could think of
was whether the next day
you'd be there,
on the other side of my window,
that overlooked your hair saloon
And it wasn't a love poem, it was
the landscape behind the bars
[of a ground floor flat.
It was just an excuse
[to keep sitting there,
without a return ticket.
The sky, dirty, grey
people walking elsewhere,
the empty buildings,
cigarette butts stained with lipstick.
-----------------------------------------// Orignal version below //
Te veía allí sentada
cada tarde
te veía escrutar las formas de las cosas,
el cielo sucio, gris, afeando el gesto,
la gente caminando hacia otra parte,
los edificios tristes, deslucidos,
la pintura ocre.
Confundiendose con la suciedad
las ventanas entrecerradas y
los jardines descuidados,
la hojarasca yerma,
tus cigarrillos,
el riego automático que te despedía cuando
te alistabas a la noche y
cerrabas todo con llave.
Eras tan hermosa con tu maquillaje de invierno
tan exótica para este mes de agosto, tan imposible
y sin embargo debajo aún
el gesto esquivo y envejecido
que a todos se nos pone pasados unos meses
aquí en Madrid, bajo las cornisas,
[tan lejos de la Gran Vía,
fumando uno de tus cigarrillos mentolados bajo el cielo
[sucio
que en lo único que podía pensar
era en si al día siguiente
estarías ahí,
del otro lado de mi ventana,
que daba a tu peluquería.
Y no se trataba de un poema de amor, era
el paisaje tras las rejas
[de un piso bajo.
Era simplemente una excusa
[para seguir allí sentado,
sin billete de vuelta.
El cielo sucio, gris,
la gente caminando hacia otra parte,
los edificios vacíos,
colillas manchadas de carmín.
[De HOMBRES EN SILENCIO, MUJERES SIN MAQUILLAJE, ed. Baile de Sol, 2015]
sobre este libro: CRITICA- La Biblioteca de Alonso Quijano
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