Alka-Seltzer , 100x70cm, acrylic on wood panel
WOLFDOG (POETICS)
Yourself is impregnable
and with mirrors, you always run
the risk
of not recognizing yourself
-and I speak of mirrors when
I speak of the mental illness of the instant photos;
call it whatever name you want -
as I was saying,
with mirrors, you risk
of realizing that
you don't look like yourself
enough.
Remaining still, watching the
events unfold,
like a surprised animal on the
freeway,
is in its own right an act of
creation and death;
and no one wants a new face for
himself.
II
After several weeks of unsuccessful search
[in the word processor
I found one of those memories
that take you by the hand
right to the edge of the cliff:
the image
of our wolfdog.
A sharp, accurate vision of how
that animal
smiled naively -and I would swear
that dogs don't get to smile-
after killing all our sheep
and my father blaming it on the
inevitable
"It's a wolfdog."
Many years later I learned that night
he hung him.
I no longer feel like someone
who grew up in a village,
but in life, there are few things
as certain
as those you learn as a child.
III
Wolfdog.
In our veins burns our
inheritance, our instinct, our own blood,
too wild to keep house,
too frightened to run into the
woods
too confused to offer loyalty
or lead the pack for long.
You know it,
they'll end up hanging you.
-----------------------------------------// Orignal version below //
PERRO LOBO (POÉTICA)
Uno mismo es
inexpugnable
y con los espejos
siempre se corre el riesgo
de no reconocerse
-y hablo de los
espejos cuando hablo
de la enfermedad
mental de las fotografías instantáneas;
ponle el nombre que
quieras- como decía,
con los espejos,
se corre el riesgo
de darse cuenta de
que uno
no se parece a sí
mismo lo suficiente.
Permanecer inmóvil
viendo cómo los hechos se suceden,
como un animal
sorprendido en la autopista,
es en sí un acto
de creación y de muerte;
y nadie quiere para
sí un nuevo rostro.
II
Tras varias semanas de búsqueda infructuosa
[en el procesador de textos
encontré uno de
esos recuerdos que te llevan de la mano
justo al borde del
acantilado: la imagen
de nuestro perro
lobo.
Una visión nítida
y exacta de cómo ese animal
sonreía ingenuo -y
juraría que los perros no alcanzan a sonreír-
después de matar a
todas nuestras ovejas
y mi padre echando
la culpa a lo inevitable
“es un perro
lobo”.
Muchos años
después supe que esa noche
lo ahorcó.
Ya no me siento apenas
como alguien que
creció en un
pueblo,
pero en la vida
hay pocas cosas tan seguras
como las que uno
aprendió siendo niño.
III
Perro lobo.
En las venas nos
escuece la herencia, el instinto, la propia sangre
Demasiado salvaje
para guardar la casa,
demasiado asustado
para correr hacia el bosque
demasiado
confundido para ofrecer lealtad
o guiar a la
jauría por mucho tiempo.
Lo sabes,
terminarán
ahorcándote.
* Umpublished / Inédito.
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